Yo Elijo!
- La desinhibida

- 17 dic 2019
- 3 Min. de lectura
Estábamos sentadas en TANNIC, disfrutando de nuestro reencuentro luego de muchos años sin vernos, nuestra conversación iba desde los planes de navidad, hasta la posibilidad de un doctorado o una nueva maestría en el exterior, pero de repente, cuando estaba en el clímax de mi conversación y la adrenalina recorría mi cuerpo con el entusiasmo de una adolescente, esa misma adrenalina que sientes cuando besas por primera vez, ella, sin filtro alguno soltó como agua de caño “Ya estás en base 3, deberías pensar en formar una familia y sentar cabeza, recuerda una mujer sin hijos es como una planta sin flor” WTF… (Si alguna vez han visto en video la explosión Hiroshima, grafiquen eso mismo pero en mi cerebro). Han pasado varias semanas desde ese momento y aún no logro sacar de mi cabeza la última parte de su intervención.
Queridas desinhibidas, tener un hijo es una elección que tú nadie más que tú y tu pareja (si es que tienes) deben tomar, traer una vida al mundo no es algo por convención social o por completar “algo” o porque tus amigas, hermanas, primas o quien sea empiezan a presionar. Tampoco es un tema de “Ya sentirás el llamado maternal”, ser madre es una elección no una obligación.
Por otro lado, estar en base 3 o cerca de los 40, tampoco nos pone fecha de vencimiento (NO somos objetos), tampoco nos ha dejado el tren y mucho menos “nos vamos a quedar solas sin nadie que vea por nosotras”, creo que no tendríamos que obligar a nadie que vea por nosotras, eso también es una elección y un regalo de vida, no una obligación. Estoy convencida que debemos dejar de darnos latigazos y juzgar nuestra vida y nuestra evolución como mujeres por el simple hecho de estar en los 30s y no tener hijos, o no habernos casado o no tener apartamento, casa, carro y gato. Vivamos nuestro tiempo como venga, nuestras experiencias y vivencias con la misma intensidad de la vida, esa que nos da la oportunidad de respirar hoy, pero mañana no sabemos.
Además, porque seguir pensando que ser “madre” es estrictamente equivalente al hecho de parir, hoy más que nunca, deberíamos empezar a cambiar esa configuración, madre puede ser aquella que sin haberte parido da la vida por ti, puede ser aquella mujer que por cosas del destino decidió no traer una vida humana, pero si emprender un proyecto que le sacó lágrimas, desvelo y sacrificios innumerables, puede ser aquella que amorosamente cuida las plantas que alegran su apartamento, o aquella que pese a que la critican da la vida y una gran parte del presupuesto por sus perritos, también es aquella mujer que ha sacrificado mucho para cambiar la sociedad a través de proyectos que ayuden a facilitar la vida de los demás, puedes ser tú o yo.
Evidentemente yo no nací de un repollo y agradezco el hecho de estar acá y por las oportunidades y caídas que he tenido. Y por eso mismo, creo que no está de más reflexionar sobre este tema. Admiro a todas aquellas mamás que hacen parte de mi vida y las que no, veo sus sacrificios y ese amor inconmensurable por sus hijos, esa fue su elección y para ellas tal vez la mejor de la vida. Pero para las que no quieren seguir ese camino o no pueden, por favor no las juzguen, no las presionen, no nos limiten a ser máquinas hacedoras de vida humana. También somos capaces de dar vida a sueños, proyectos y cambios.
No somos una lata de atún con fecha de vencimiento, no somos una planta sin flor, somos mujeres fuertes decididas y capaces de lograr millones de cosas. NUNCA dejes de ser tú por la presión social, o estresarte porque te comparan con Juana o Luciana. Todas tenemos nuestro tiempo, nuestros sueños y deseos. Así que amiga mía, como dijo un personaje jocoso peruano “Vive la vida y no dejes que la vida te viva”
Ilustración de Sara Herranz.





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