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Regalémonos placer

  • Foto del escritor: La desinhibida
    La desinhibida
  • 24 nov 2019
  • 2 Min. de lectura

Todas hemos tenido alguna vez en nuestra vida las famosas “noches de chicas”, aquellas que están compuestas de un par de botellas de vino (en mi caso más de un par), bocaditos “saludables” y conversaciones que van desde la rutina diaria en nuestros trabajos, proyectos y demás, hasta llegar a un tema impajaritable en nuestras conversaciones “el sexo”. Pero cuando hablamos de esto, no necesariamente se restringe al estar con otra persona, por el contrario, hablamos de todo lo que está palabra encierra, entre ellas algo que aún sigue siendo un poco tabú y es la masturbación femenina!


Hablando con mis amigas llegamos a la conclusión que en algún momento de nuestras vidas no habíamos logrado experimentar placer a solas o en pareja y automáticamente pensábamos que teníamos un problema. ¿Cuántas veces hemos creído esto por no conocer nuestro cuerpo y todas las zonas que están diseñadas para darnos placer?, amigas mías masturbarse es muy rico y es la mejor forma de conocer los puntos sensibles y descubrir nuestro propio cuerpo: el clítoris, el punto G y otras zonas erógenas. Como decía mi abuela “Para saber mandar, hay que saber hacer” y creo que para este caso va perfecto, es importante que conozcamos y reconozcamos nuestros puntos de placer, saber que nos gusta y como nos gusta, para que cuando estemos con nuestra pareja o solas podamos saber qué hacer y cómo hacerlo y disfrutar de nuestra intimidad y sexualidad a plenitud.


Sé que han pasado muchos años desde la liberación sexual, pero sigue vigente esa vergüenza tan de patio de colegio, al sentirte señalada cuando hablas abiertamente de que te masturbas. Cosa que no pasa con los hombres, ellos desde siempre hablan de su fiel compañera “Manuela” y nunca han sido víctimas de prejuicios y señalamientos.


Pero bueno, lo que quiero dejarles con este post es que en la masturbación (como en el amor) todo vale. Cualquier tipo de estímulo de lectura, de imagen o de juguete puede ser desencadenante de placer. La imaginación es el límite y los beneficios son muchos, pero el principal es que es una gran manera de conocer nuestro cuerpo, saber cómo funcionamos y también es una manera sana y natural de querernos, relajarnos y de responsabilizarnos de nuestro placer, que es algo que antes que nadie, depende solo de nosotras.


Así que mis queridas desinhibidas, que no les de pena masturbarse, dejen de lado los prejuicios y temores, no es pecado, es una determinación consciente de que queremos sentir y consentirnos. Regalémonos más orgasmos y menos juzgamientos.


Sí aún no saben que regalarse de navidad, hay mil juguetes en el mercado con los que podrán disfrutar!

 
 
 

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