fantasía y poder
- La desinhibida

- 9 dic 2019
- 2 Min. de lectura
Actualizado: 10 dic 2019
Llegué a mi oficina, él me esperaba al lado del computador, me miro como nunca lo había hecho, lo salude cordialmente pero con una actitud de coquetería que no había experimentado, al acercarme sentí como olía mi cabello, me agarró por la cintura, me beso fuertemente y me puso sobre el escritorio. Sólo quedó con la corbata puesta y esos hermosos calcetines azules, mi pantalón quedo hasta las rodillas… el resto se lo pueden imaginar, al igual que yo, pues lo que acabo de describir es una de mis fantasías sexuales más recurrentes.
Queridas Desinhibidas, fantasear es algo más normal de lo que podríamos imaginarnos y no siempre tiene que ver con hacer tríos y orgías (algo que suele venir a la mente de muchas cuando lo pregunto, lo cual tampoco está mal :) ). Las fantasías sexuales, por lo general vienen acompañadas y unidas a nuestro desarrollo y experiencias sexuales, y así como nosotras evolucionamos, nuestras fantasías también. Por una parte, las creamos con la finalidad de despertar nuestro deseo sexual, de excitarnos en el momento de tener relaciones o masturbarnos y por otro lado surgen por aquello que resulta de alguna manera atractivo o llama especialmente la atención, como por ejemplo: posturas, roles, voyerismo, exhibicionismo, fetichismo, sadomasoquismo, orgías, entre otras tantas cosas más que nos podamos imaginar.
En ocasiones hablar de esto también es un tabú y aunque no lo crean, aún hay muchas mujeres que piensan que las fantasías son estrictamente para los hombres (como si nosotras fuéramos de palo o no tuviéramos imaginación), que son ellos los únicos que pueden imaginar a la pareja vestida de conejita, enfermera, con medias veladas de malla, haciendo trios y todo lo que se nos pueda venir a la cabeza. Una manera de pensar que no juzgo, pero que sí me pone a pensar sobre cómo nosotras, las mujeres, somos las que en ocasiones seguimos promoviendo un machismo y tabú absurdo sobre nuestra sexualidad.
Pero bueno, retomando nuestras fantasías… estás también están ligadas a los sueños eróticos no es de extrañar que a veces soñemos con nuestras fantasías sexuales, haciendo cosas con desconocidos que dependiendo de la intensidad del sueño (quisiéramos conocerlo). Está más que claro que lo que soñamos no lo podemos controlar. Por lo tanto, puede que el sueño erótico que hemos tenido sea una respuesta a un deseo inconsciente o a una representación mental que nos resulta bastante atractiva. Y si me preguntan que si la fantasía sexual logra estimular el deseo sexual, mi respuesta sin reparo es SÍ, experimentar fantasías sexuales es algo sano, dejemos volar nuestra imaginación en el plano sexual, créanme que esto ayudará a que aumente nuestra libido. De hecho, potenciar las fantasías sexuales según algunos expertos, es una de las recomendaciones -entre muchas otras- cuando una persona tiene bajo deseo sexual.
Y ojo, cuando hablo de fantasías no necesariamente tiene que involucrar a otro u otros, puede ser el hecho de imaginarte en lencería súper sexy, bailando para ti misma y sintiéndote única y plena.
Amigas mías, llenen un cajón con fantasías, con todo aquello que las estimule, jueguen, experimenten y coloquen todos sus sentidos en el camino de lo erótico. Fantasear es sencillo! Solo hay que saber activar el botón en ON de nuestras mentes.
La ilustración del post es de Ricardo Fumanal.





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